MikeGlez
  El entrenamiento de nuestros pichones.
 

EL ENTRENAMIENTO DE NUESTROS PICHONES

 

Existen muchas formas de entrenar a los pichones, o a las palomas adultas, posiblemente existen tantas formas como colombófilos, y algunas son indudablemente mejores que otras. Por esto vamos a explicar la forma más práctica de como entrenar a los pichones. Para hacerlo más fácil, dividiremos las diferentes etapas sobre la preparación de los pichones:

A) Primera etapa: Cuando destetemos a los pichones, a la edad de 27 a 30 días, los pondremos, de ser posible, en un palomar en el que estén solos con otros pichones de más o menos su misma edad, o un poco más, para que vayan aprendiendo a comer, beber y volar a la rampa y paraderas sin que sean atormentados por palomas adultas o pichones ya bastante desarrollados. En esta etapa, los pichones son como bebes que no ven el peligro y que tienen que ir poco a poco conociendo su mundo y adquiriendo una serie de habilidades que los hará madurar en todos los sentidos. No debemos por lo tanto forzar sus capacidades en ningún sentido y seremos muy pacientes con su actuación. No les exigiremos vuelos ni otras habilidades, basta con que vayan aprendiendo a responder a nuestro silbido cuando les pongamos la comida y que se acostumbren a nuestra presencia, por lo que es importante no realizar movimientos bruscos en el palomar.

B) Segunda etapa: Este periodo de la vida de los pichones comienza cuando el pichón ya acude al comedero con rapidez al llamarlo a la hora de la comida y se desenvuelve bien dentro de su palomar; quizás ya este apoderado de una paradera y comienza a tener en sus alas las fuerzas necesarias para volar. En esta etapa va adquiriendo el instinto gregario que caracteriza a su especie. Para más o menos abril les permitimos que salgan si lo desean por primera vez a conocer las afueras del palomar. Los pichones para esta fecha ya tienen unos 35 a 40 días de nacidos y en esta etapa es suficiente con que aprendan a salir del palomar y a regresar a este cuando los llamamos para comer, teniendo en cuanta que siempre les abriremos la rampa antes de darles la comida, aunque lo hagamos por la tarde deberán andar en ayunas durante todo el día, y al regresar encontraran su comida en el interior del palomar.

C) Tercera etapa: Una vez que los pichones ya van dominado el vuelo y sobre todo el aterrizaje, cosa que les resulta más difícil que lo primero, comienzan a sentirse seguros en el aire, hacen sus primeras acrobacias, cosa que les será muy útil en el futuro para sortear los ataques de los depredadores, pero que en este momento es más bien un juego que una necesidad. Los pichones vuelas cada uno por su lado, ascienden en el cielo para luego dejarse caer, aterrizando, a veces estrellándose más bien contra el tejado y van fortaleciendo sus alas y el resto de los sus músculos necesarios para el vuelo, adquiriendo coordinación, confianza y fuerza. Y un día, aproximadamente a los 60 días de edad veremos que los pichones han formado una pequeña parvada, a la que poco a poco que irán uniendo el resto de los jóvenes aprendices.

D) Cuarta etapa: Aproximadamente a los tres meses de edad ya podemos dar un paso más en la educación de nuestros pichones y comenzar a educarles su sentido de orientación. Para ello comenzaremos por agarrarlos un día por la mañana e ir metiéndolos en las cestas de entrenamiento. Esta será su primera vez encestados, y es una experiencia muy estresante para los pichones, por lo que observaremos que intentaran salirse de la cesta, se pelean unos con otros y se muestran muy agitados. Dejaremos a los pichones en la cesta durante una hora aproximadamente para que se vayan acostumbrando a la cesta y nos alejaremos unos metros del palomar para soltarlos. El motivo de este ejercicio es que aprendan que el juego consiste en volar desde la cesta hasta el palomar. Al día siguiente podemos volver a agarrarlos y tras dejarlos nuevamente durante una hora para que continúen acostumbrándose a la permanencia en las cestas, los soltaremos de una distancia nunca superior a los 5 Km., siempre por la mañana y de ser posible con día soleado, ya que los pichones en sus primeros vuelos utilizan como principal medio de orientación, a parte de su magnífica visión, a el sol. Además es importante realizar los entrenamientos siempre por la mañana y con buen tiempo, ya que si algo saliera mal, si la parvada fuese atacada por algún halcón o de repente las condiciones meteorológicas cambiaran, nuestros pichones tendrían más horas de luz para regresar a casa. En días posteriores iremos soltando la parvada y aumentado la distancia, para lo cual es buen método el multiplicar la distancia de la ultima suelta por dos, soltando desde 5, 10, 20 y 40 Km., desde los cuatro puntos cardinales.

E) Quinta Etapa: una vez que nuestros pichones ya lleven varias sueltas de 40 Km., ya están listos para ir a los entrenamientos con el resto de los pichones del club y posteriormente a los vuelos de competencia. Estos dos tipos de entrenamientos, los solos y los con el resto de pichones del club, son sumamente importantes, ya que con estos los pichones aprenden a romper con su instinto gregario, separarse de la parvada y volar solos hasta su palomar. En estos entrenamientos, los buenos pichones ya no se dejarán jalar por el grupo y al contrario, serán ellos los que marquen el camino a los demás. Así mismo, en estos entrenamientos, los pichones que han sido jalados por la parvada grande hasta otros palomares, van aprendiendo de sus errores a corregir su línea de vuelo. Estos entrenamientos mencionados son importantísimos para nuestros pichones, y de estos depende en gran parte el que la próxima ruta de competencias sea buena o mala. Hay o habemos muchos colombófilos que no damos las suficientes sueltas de entrenamiento a nuestros pichones, y esto definitivamente se refleja en un pobre rendimiento, ya en las competencias.

Debemos pensar que aunque nosotros en nuestra mente tengamos perfectamente clara la situación de nuestro palomar y podamos visualizar la ruta de regreso de los pichones, no debemos creer que el pichón también tenga en su cerebro la imagen mental del mapa. Para ellos es tan o más difícil orientarse cuando los soltamos de 50 Km., como cuando lo hacemos de 500, la única diferencia es que en el primer caso, y aun suponiendo que algo vaya mal, tendrán normalmente fuerzas suficientes para regresar a casa, sin embargo, en el segundo caso, como no los hayamos preparado lo suficientemente bien como para resistir un mínimo de 5 o 6 horas volando, eso poniendo las cosas muy favorables, ya que normalmente para cubrir esta distancia necesitan al menos 8 horas de vuelo, perderemos a nuestra queridos pichones para siempre.

Así pues, y como conclusión, si no queremos perder inútilmente a nuestros pichones deberemos hacer lo siguiente:

1) Sueltas de entrenamiento progresivas.

2) Frecuentes repeticiones de distancias prudentes.

3) Soltar siempre por la mañana.

4) Cancelar el entrenamiento si las condiciones meteorológicas no son las adecuadas.

 



 
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